Vale, quizá tengo un día cursi ( que los tengo, faltaría más) pero me parece una cursilada de una sensibilidad exquisita.
Vale, es cierto que tal vez hay que estar muy aburrido y vivir muuuuyyyy tranquilo para dedicarse a esto, pero de un tiempo a esta parte, soy una defensora acérrima del slow-lo-que-sea( life, food...)
Vale, esto es un blog de moda y no pega que os cuente estas cosas, pero podéis hacer dos cosas: o nos hacemos una taza-modelito o seguís leyendo simplemente porque soy la mar de maja y, oye, nunca se sabe, igual os cuento algo interesante...
Vale, estos japos son la repera. Sólo podían ser ellos. Pero, sinceramente me parece el colmo de la belleza, construir de lo destruido, hacer cosas bonitas de los restos que los simples mortales destinaríamos al cubo de la basura, ver más allá de un montón de añicos y crear un objeto tan delicado que casi supera al original.
Vale, seguro que vosotros ya sabéis de qué va, pero yo acabo de enterarme de que existe el kintsugi y no puedo cerrar la boca (literal).
Por si acaso, aquí os hago un pega de Wikipedia:
Ganas me dan de emprenderla con todas mis lozas (no lorzas) y porcelanas finas y hacerme colega del tipo este, que de cañas no sé cómo será, pero pegando cosas es un hacha.
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Leerte un lunes por la mañana con mi café en la mano (en taza Ikea eso si….y que no tiene si quiera un escorchon…joooo ahora quiero hacerle uno) es un gusto…jejeje. Besos guapa. Lourdes
ResponderEliminarPreciosa y delicada publicación... y, ¡de chorrada nada! Es el arte de lo cotidiano y de dar valor a lo usado, lo viejo. Aquello que parece que ya no sirve, se presenta como una oportunidad de crear un objeto diferente. ¡Felicidades, me ha encantado!
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