VELVET

Si hay un tejido invernal que me fascine -amén del humilde punto, del que soy rendida fan- es el terciopelo. No en vano va y vuelve con las corriente de moda desde hace mil años ( o más, al parecer los egipcios tenían un tejido parecido. Los guays, claro.)

Que es totalmente imprescindible para todo tipo de eventos en invierno no es ningún secreto, pues además de ser absolutamente impactante en los looks más festivaleros, abriga y además requiere de pocos complementos más.

No lo puedo evitar, me gusta para vestir, en complementos, en la decoración y hasta para envolver el bocadillo.

Su tacto, su brillo y la impregnación que consiguen los mejores tintes, hacen de él un tejido suntuoso donde los haya y cualquier sencilla prenda se convierte, por obra y gracia de esta tela, en un objeto lujoso.

La mujer que no haya tenido y disfrutado una prenda de terciopelo se pierde lo mismo que la que jamás ha tenido un perfume favorito. Es todo un placer sensorial.

Los tonos oscuros resaltan la riqueza del tejido, y los colores "joya" se revelan especialmente espectaculares. No me puedo resistir al azul.

A los que nos encanta la moda cómo camino directo a "viajar" a otros mundos, a otras épocas y a otras vidas, nos acerca al lejano Oriente , a un universo preciosista y decadente...

Pero, evidentemente, no carece de una versión diurna, a veces un poco dramática, pero siempre especial.

Si tengo que elegir dos imprescindibles me quedo con una americana negra y algún complemento un poco especial.

Un súper fichaje low cost, este modelito de Zara, que me encanta.

¿Un riesgo? Cuidado con el que tiene aspecto de malo, parecerá que vas disfrazada, pero de verdad...

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